miércoles, 24 de enero de 2018

Presentación del libro “La reorganización del territorio desde el Antiguo Régimen hasta el Estado Liberal”.


   Este libro, con el hilo conductor del territorio de Huéscar y las comarcas que integran AlVelAl, recoge las aportaciones de los autores Javier Castillo Fernández, Francisco Ándújar Castillo, Julián Pablo Díaz López, Andrés Sánchez Picón y Rodolfo Caparrós Lorenzo sobre cuestiones que han sido relevantes en el pasado y que constituyen la base de numerosas reflexiones actuales. Su título recupera una expresión gráfica que fue muy visible en las postrimerías del Antiguo Régimen y los comienzos del Estado Liberal.

   Así pues, cerrando el círculo, tras la celebración del 1er. 'Coloquio AlVelAl' en Huéscar, durante los días 16 y 17 de septiembre de 2016, se ha editado el libro que recoge todas las charlas y ponencias que tuvieron lugar en torno a "La reorganización del territorio desde el Antiguo Régimen hasta el Estado Liberal". 



   La presentación tendrá lugar el próximo sábado día 27, a las 12:30 horas, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Huéscar.

jueves, 11 de enero de 2018

Poesía y música en la fiesta de San Antonio Abad

San Antonio Abad   
(Foto: Francisco Navarro Ponce - 2015)

La fiesta de San Antonio Abad, popularmente conocida como de “San Antón”, amén de ser una fiesta popular por su gastronomía, sus “castillos” o luminarias y su pólvora, lo es también por unas bellas composiciones poéticas y musicales que, desde 1888, se repiten durante nueve días. Su autor, Juan María Guerrero de la Plaza.

Estas son del tipo “Villancico” o composición poética popular tradicional formada por versos hexasílabos u octosílabos distribuidos en un estribillo (de dos a cuatro versos, al principio del poema y en el cual se anuncia el tema), una o más mudanzas (una o varias estrofas, generalmente redondillas) y una o más vueltas (formadas por un verso de enlace y varios versos que repiten lo expresado en el estribillo); “Gozo”, que es una composición poética en loor de la Virgen o de los santos, en la que se repite un mismo estribillo al final de cada copla; y “Aria” o composición musical para voz solista, generalmente con acompañamiento instrumental, que es independiente o que puede formar parte de una composición mayor, como una ópera, un oratorio o una cantata.

En el caso de Huéscar tenemos el villancico titulado “Allá en la Tebaida”, escrito en Enero de 1888; los gozos titulados “En el Antiguo Egipto” y “El que siente y el que sufre”, ambos escritos en el mes de Diciembre pero uno en 1888 y el segundo en 1890; y el aria “En el áspero desierto” de Diciembre de 1888. Sus letras son:

ALLÁ EN LA TEBAIDA

Cantemos, honremos
con gran devoción
al santo virtuoso
y noble varón.

Todos sus devotos,
en férvida unión,
cantemos gozosos
de Antonio en honor.

Cantemos, cantemos
de Antonio en honor.
Santo virtuoso
y noble varón.

Allá en la Tebaida
lució un nuevo sol
que al mundo cristiano
llenó de esplendor.

Antonio, elevando
su potente voz,
disipó las sombras
del mal y el error.

Cantemos, honremos
con gran devoción
al santo virtuoso
y noble varón.

Todos sus devotos,
en férvida unión,
cantemos gozosos
de Antonio en honor.

Cantemos, cantemos
de Antonio en honor.
Santo virtuoso
y noble varón.


EN EL ANTIGUO EGIPTO

En el antiguo Egipto,
de ciencias y artes cuna,
nació por gran fortuna
el grande Antonio Abad.
¡Bendita sea la tierra
que tales hombres cría,
que la enseñanza y la guía
son de la Humanidad!.

De sabios varones
la mente es espejo
que copia en bosquejo
la ciencia eternal,
y don tan sublime
gozar sólo es dado
al que es un dechado
de virtud cabal.

Por eso, si hay muchos
de origen preclaro
que al mundo no avaro
de bienes colmó,
de humildes virtudes
es raro el modelo
y raro al que el cielo
su ciencia imprimió.

La tierra que bañan
las aguas del Nilo
fue cuna y asilo
de un grande varón.
El país legendario
de la inteligencia
nutrió con su esencia
tan gran corazón.

Se agita el averno
poseído de rabia
al ver que la savia
del árbol del bien
circula briosa,
el árbol florece
y al alma le ofrece
por fruto el Edén.

Antonio es el astro
que al mundo ilumina
en noche cetrina
de sombra y error.
Predica verdades
con boca y ejemplo,
su pecho es un templo
digno del Creador.

Por eso su nombre
la fama pregona,
por eso corona
de justo ciñó.
Por eso la Iglesia
cultos le tributa
y el hombre disfruta
de su protección.


EN EL ÁSPERO DESIERTO

En el áspero desierto
una flor se vio brotar:
es la flor de las virtudes
del preclaro Antonio Abad.

Oh fieles, oid,
prestad atención,
y oigamos la historia
del justo varón
que al mundo cristiano
llenó de esplendor
con los vivos rayos
de su fe y amor.

Cantemos alegres
en canciones mil
las glorias y triunfos
del fuerte adalid
que hallando en sus creencias
vigor juvenil
a Satanás vence
en trabada lid.

La noche callada
su velo extendió
y envuelto en las sombras
al mundo dejó.
Los tristes humanos
de guerra al fragor
alzaban dos tronos
al vicio y error.

Allá en la Tebaida
lució un nuevo sol
que al mundo cristiano
llenó de esplendor,
y Antonio, elevando
su potente voz,
disipa las sombras,
destruye el error.


EL QUE SIENTE Y EL QUE SUFRE

El que siente y el que sufre,
el que gime y el que llora,
con fervor del cielo implora
su ventura o su salud,
pero eleva su plegaria
por conducto de los santos
cuyos méritos son tantos
como grande es su virtud.

Copla 1ª.

Si producir consigue
el jardinero experto
flores de rico aroma
en perfumado huerto,
la inspiración divina
produjo en el desierto
la de virtud y ciencia
en san Antonio Abad.

Errores y herejías
en sucesión continua
falsearon del cordero
la celestial doctrina,
y el mundo estaba en armas
y la moral en ruina
cuando el santo ermitaño
dejó su soledad.

Copla 2ª.

Fue tan mágico su acento
y su voz tan expresiva
que tranquiliza al momento
aquel lago turbulento
de errores y de impiedad.
Y después de la victoria,
en vez de ceñir laureles,
nos dice la fiel historia
que huyendo terrena gloria
se volvió a su soledad.

Copla 3ª.

El opulento avaro
es pobre en su riqueza,
por el contrario Antonio
es rico en su pobreza,
porque posee un tesoro
de más precio que el oro,
que es el de la virtud.
Nada tiene y afirma
los tronos de los reyes,
con su ciencia sublime
al mundo le da leyes,
consuelo al afligido,
apoyo al desvalido
y a enfermos la salud.


San Antonio Abad (ca 1920-1930)
(Archivo Fotográfico de Evaristo López López)