viernes, 17 de febrero de 2012

Rincones con alma: la iglesia de San Isidro y la Casa de Jesús Pobre en Cuevas de Barrio Nuevo.

“A ningún habitante de esta comarca le extraña que haya gentes que vivan en cuevas. Ni siquiera a los vecinos de la Puebla o Castril, en donde no existen. Siempre ha habido “cueveros”, vecinos de los barrios de cuevas, antigua y generalmente considerados como integrantes de un “ghetto” social degradado y marginal.

El llamado “Barrio Nuevo” de Huéscar, enorme, ha llegado a tener hacia los años de 1950 y hasta 1960 alrededor de cinco mil almas. Galera y Orce tienen también sus barrancos horadados por centenares de estas familiares viviendas, que llegan en Castilléjar casi a constituir prácticamente toda la villa. Esto por no hablar más que de nuestra comarca…

…Todos conocemos cuevas extraordinariamente bien hechas e instaladas, firmes y amplias, iluminadas y ventiladas. Desde dentro nadie las distinguiría de una buena casa. También por desgracia, las más son –y fueron- modestas y aún abiertamente pobres…

…Si alguien pregunta por el origen de estas cuevas en nuestra zona, siempre habrá quien conteste que son de siempre, “de toda la vida de Dios”…

…Sin embargo, nos consta que muchos hábitos “inmemoriales” son , a lo sumo, de la época de los bisabuelos o tatarabuelos de “los más viejos del lugar”: cuando la tradición oral se ha desvirtuado completamente, circunstancia que es habitual en todo aquello que, por parecer normal, no es objeto de conversación familiar. Los mismos sucesos sobresalientes o decisivos sufren, en esas tres o cuatro generaciones, transformaciones tremendas…”. (1)
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Fuente:
(1) González Barberán, Vicente: “Las cuevas, sus barrios y su origen en nuestra tierra (I). En “La Sagra. Revista de información de la comarca”. Huéscar. Año I – Nº 4 – Febrero 1981.



Así ocurrió en Huéscar en las décadas de 1940 y 1950 en que la situación social y personal de cientos de familias que acogían nuestras cuevas determinaron a algunas personas e instituciones civiles y religiosas el intentar hacer frente a esas adversas circunstancias de postguerra (hambre, exclusión social, desarraigo, enfermedad,...).




Desde el ámbito eclesial, los dos claros ejemplos físicos de ello fueron el edificio de la iglesia de San Isidro y la conocida como Casa de Jesús Pobre –hoy desaparecidos-.




Iglesia de San Isidro.

Muy pobremente, pero con una magnífica constancia se construyó una pequeña y humilde Ermita producto de ínfimos donativos de los modestos habitantes del barrio. La casi totalidad de los productores braceros agrícolas de Huéscar vivían allí con sus familias; siendo escasos los que podían contar a más de su trabajo personal, con la ayuda de algún arrendamiento de tierra.

Es en el año 1942 cuando se abre al culto, siendo su titular San Isidro Labrador.


Casa de Jesús Pobre.

Edificio que, situado junto a la iglesia de San Isidro, funcionó como centro parroquial, social y de asistencia de todos los habitantes de Barrio Nuevo (barrio de San Isidro, barrio de las Santas, barrio del Carmen, barrio de la Cruz y barrio del Barón). La “primera piedra” se puso el 17 de septiembre de 1946.


Según las “Bases para el establecimiento de una casa de Jesús Pobre” (datadas el 6 de noviembre de 1953), en su capítulo 1º (Establecimiento de la institución y fines), artículo 1º, señalaba que: Se establece una obra de carácter benéfico-religioso-social y que funcionará como una obra marginal de la A. C. (Acción Católica). En su artículo 2º indicaba que: La obra se denominará “Casa de Jesús Pobre” y, dentro de cada uno de los fines antes citados, ejercerá el apostolado de la caridad. En su capítulo 3º (Organismos iniciales de la obra Casa de Jesús Pobre), señalaba: Artículo 7º: Consultorio y oficina gestoría gratuita; Art. 8º: Oficina de arbitraje y amistad; Art. 9º: Clínica médico-farmacéutica; Art. 10º: Caja de socorros mutuos “Jesús Pobre”; Art. 11º: Hogar del obrero; Art. 12º: Oficina de estadística y orientación religiosa; Art. 13º: Escuela profesional de la mujer; Art. 14º: Escuelas profesionales para hijos de obreros; Art. 15º: Mensajeras de “Jesús Pobre” (Estas, según su definición “Será una organización femenina destinada a ejercer la caridad con un triple apostolado; a) en el suburbio, mediante visitas, socorros, ayudas, etc.; b) organizando asociaciones piadosas y de formación religiosa; c) manteniendo y dando vida a las diversas dependencias de la casa de “Jesús Pobre”).

Hablando con algunas de aquellas mensajeras y otras personas que conocieron el desarrollo de su labor sabemos algunos detalles de su construcción, tales como que dicho edificio se levantó con el trabajo desinteresado de vecinos del barrio y las voluntarias, realizando, ellos mismos, con sus manos, los adobes de barro y paja que posteriormente secaban al sol. O como los propios obreros del barrio tras interminables y agotadoras jornadas de trabajo hallaban un resquicio de tiempo para unirse en dicha labor. Los demás materiales, entre otros, se adquirieron a través de donaciones y con el dinero de las cuotas de los socios de la obra benéfica, en los siguientes años.

lunes, 6 de febrero de 2012

Las "Máscaras" de Huéscar.

"Estudiantina" (1931) A. M. H.

Históricamente, el Carnaval se corresponde con una “serie de bulliciosos regocijos y fiestas populares que se celebran en días inmediatamente precedentes al Miércoles de Ceniza, principio de los ayunos cuaresmales. El día de carnaval es el Domingo de Quincuagésima, pero van agregados a él el lunes y martes siguientes. En muchos lugares el carnaval se empieza el día de Reyes (6 de enero) y acaba el martes de Quincuagésima.

…En España suele prolongarse al Carnaval hasta el primer Domingo de Cuaresma, al que llaman “Domingo de piñata” con relación al carnaval, de que participan, dase a ciertos días de la semana de Sexagésima el domingo, el martes, el jueves y el viernes el nombre de “gordo” o “lardero” (el jueves).

… Las máscaras del Carnaval originariamente tienen un carácter religioso-espiritual, o sea el de derivar en su principio del culto de los muertos. En el año nuevo, al celebrar las fiestas de Baco y Saturno, se invocaba el favor de los “larvas”, o malos espíritus (los muertos) y se creía que el medio mejor para reconciliar su amistad era antropomórfizarlos. El que los personificaba vestía de blanco (de muerto) y se cubría con máscara el rostro. El disfraz del Carnaval empezó por aquel disfraz. El deseo de preservarse contra los malos espíritus ha sobrevivido en multitud de prácticas que se siguen observando en el Carnaval.

Fuente: Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana. Tomo XI. Barcelona: José Espasa e Hijos, (ca 193_).
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En el Diccionario histórico de la lengua española que empezó a publicar la Academia de la Lengua en 1933 y que quedó en su segundo tomo, se define el “Carnaval” como el período de los tres días que preceden al Miércoles de Ceniza. Se dice allí también que las “Carnestolendas” son los tres días de Carnaval. Da también una acepción de “Carnal” (la sexta) como equivalente. Algo parecido dice con respecto a “Antruejo”.

Fuente: Caro Baroja, Julio. “El Carnaval. (Análisis Histórico-cultural)”. Madrid: Taurus, 1965.
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Carnaval. (Del italiano “carnevale”, del antiguo “Carnem levare”, quitar la carne) masculino. Los tres días que preceden al miércoles de ceniza. 2. Fiesta popular que se celebra en tales días, y consiste en mascaradas, comparsas, bailes y otros regocijos bulliciosos.

Antruejo. (De “entruejo” masculino. Los tres días de carnestolendas).

Carnestolendas. (Del latín “caro, carnis”, carne y “tollendus”, participio pasivo de futuro de “tollere”, quitar, retirar) femenino plural “carnaval”.

Fuente: Diccionario de la Lengua Española. Tomo I. Madríd: Real Academia Española, 1984.
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DATOS DE CÓMO SE CELEBRABA EL CARNAVAL EN LA CIUDAD DE HUÉSCAR.
(Esta información es recogida, de viva voz, de algunos vecinos de esta localidad)

1.- Acabada la Guerra Civil española, ya en 1940, la gente se viste, disfraza y disfruta con lo que tiene a mano (sábanas, ropas viejas y productos de la tierra –calabazas, espartos,...-).

2.- En años posteriores y a pesar de estar prohibidos los carnavales, la población se sigue vistiendo y sale a la calle sin un orden concreto.

Dada la peculiaridad de la prohibición y el no cumplimiento de esta, lo habitual era dar aviso, de viva voz, de que en tal o cual sitio había “máscaras” y hacia allí era hacia donde se dirigía principalmente la chiquillería para disfrutar de la fiesta.

3.- Habitualmente los lugares de reunión o concentración y de más “máscaras” era en la antigua “Pará” (hospedería) en la calle Atarazanas, también al final de la calle Santiago, o en el callejón de Martín Gómez,... y solían concentrarse o reunirse, de forma natural, en la calle Morote (años 40-50).

Todos los lugares anteriormente reseñados quedaban en el extrarradio de la población.

4.- Según la autoridad del momento (el alcalde) la actividad de las “máscaras” era más o menos perseguida, provocando que si iban en una dirección los municipales, hacia el lado opuesto era donde aparecían las “máscaras” y viceversa.

5.- Aunque no de forma común , la presión de la autoridad se volvía mayor cuando, por alguna circunstancia, había habido alguna represalia personal o pelea pública, al ampararse en la no identificación personal de quien llevaba la máscara.

6.- Avanzados los años se van aunando algunos grupos, se mejoran los disfraces y es hacia finales de los 50 e inicio de los años 60 cuando desde la recién estrenada Escuela de Artes alguno de sus profesores decoran esas sábanas y guardapolvos de forma más artística, buscando un impacto mayor, como así ocurre con un esqueleto pintado que unido a una guadaña causó una espectación inusitada en su momento.

7.- En un principio era común ver una calabaza clavada en un largo palo y vestida con una sábana que ocultaba a quien la portaba. Se le solía poner velas encendidas en su interior y con la oscuridad de la noche y la poca iluminación de las calles provocaba grandes sustos. Tambien era habitual vestir una especie de monigote sobre palos largos y una vez atado se colgaba en alto y se tiraba para uno u otro lado de las cuerdas, ejerciendo un movimiento de aspavientos en el muñeco (el Peropalo),...

8.- Las letrillas que se interpretaban (aquí se conocían como las “Estudiantinas”) se realizaban en la calle, no existiendo lugares fijos sino que surgían en cuanto se agrupaban algunas personas.

Los Grupos o comparsas, como hoy los conocemos, antes eran llamados igualmente “Estudiantinas”.

9.- Las décadas de los años 60, 70 e inicio de los 80 no tienen actividad carnavalesca conocida en la población.

10.- A inicios de los años 90 se recuperan los carnavales, pero ya muy influenciados por los famosos carnavales gaditanos, con altibajos en cuanto a su estructura.


Letrilla de la "estudiantina" (ca 194_)